Antonio Benavides

Antonio Benavides

Antonio Benavides

Me considero un forastero del Arte, un verdadero outsider. Pienso que los artistas, a lo largo de su formación, van de cárcel en cárcel, heredando corsés que por comunes se consideran ciertos e irrefutables. Es mi opinión y no pretendo que nadie la comparta (por errónea), pero por poner un ejemplo, la teoría del color es una de las primeras celdas donde un artista ilusionado salda con la sociedad sus delitos de creatividad.

Mi formación artística, por mi carácter inaguantable, es autodidacta. No obstante, el principal motivo de mi desmarque artístico parte de cuando informaba a mis maestras (siempre fueron mujeres porque no soporto a los hombres artistas) de que yo trabajo en una única obra inconclusa en el espacio cuatridimensional y que mis obras -en estas tres dimensiones- son meros reflejos parciales y sesgados de aquella, las pobres no sabían de lo que les estaba hablando. Normal.

La inmensa mayoría de mis obras-reflejo son destruidas nada más concluirse, esta es mi particular protesta contra qué se yo. Las menos, son fotografiadas antes de destruirse para toda la eternidad.

Nunca he pretendido vivir del Arte. Ni diez minutos. Mi vida de cotizante la he pasado en grandes empresas ajenas y en otras propias más pequeñas.

Mi edad, mis manías y mi propensión a dudar de todo, conseguirán sin obstáculo un merecidísimo anonimato para la posteridad.